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Soy un gran fan de las películas de Harry Potter y no hace mucho tiempo que me he enterado de la muerte del actor que hacía de Severus Snape, que era un actor muy conocido llamado Alan Rickman. Este actor murió el año pasado a causa de un cancer de pancreas que ya llevaba años sufriendo. La primera vez que vi a este actor fue en la película de La jungla de cristal que hacía de el malo al que tenía que ganar Bruce Willis, ese papel lo interpretó de forma magistral, nunca había visto con anterioridad a un malo con tanta elegancia como en esa película. Después de eso lo he visto en innumerables películas, pero en las películas de Harry Potter es donde ha hecho el papel de su vida y por el que será recordado para siempre. La actuación en las películas de Harry Potter es espectacular, ya que parece que durante todas las películas de la saga parece que es uno de los malos, pero casi al final de la última película se revela que es el principal protector de Harry Potter.

 

Ahora, después de haberme visto todas las películas varias veces, creo que debería empezar a leer los libros, ya que por lo general los libros siempre son mucho mejor que las películas. Pero por desgracia no tengo acceso a los libros, son unos libros bastante caros teniendo en cuenta de que son libros destinados a los niños. Hace un  par de años me los iba a dejar una amiga que los tenía todos pero por cosas de la vida ya no nos vemos tanto como nos veíamos antes. Ahora voya tener que buscar la forma de conseguir los libros pero sin tener que comprarlos. Lo único que se me ocurre por ahora es que me los vayan regalando poco a poco, ya que tampoco es que me hagan falta todos a la vez. Con uno o dos libros al año ya tengo trabajo suficiente, ya que no dispongo de mucho tiempo para poder leer. Por eso veo las películas, eso solo me ocupa dos horas.

Leí hace tiempo un artículo en internet en el que se hablaba de lo ridículo que era que el material considerado premium en telefonía móvil actualmente sea el más frágil de todos: el cristal. No puedo estar más de acuerdo. Puedo presumir de ser una de las personas más cuidadosas del mundo: es difícil que se me caiga algo o que rompa algo. Soy un seguro anti-roturas. Pero hasta el mejor escribano echa un borrón.

Y lo malo es que me sucedió con algo que no era de mi propiedad. Un día en el coche estaba con el móvil de mi mujer, lo dejé apoyado en mi regazo, se me olvidó que estaba ahí y cuando abrí la puerta del coche, ¡zas! al suelo. Fue la primera y, hasta ahora, última vez que el móvil se ha caído al suelo. Pero la parte de atrás del móvil se rajó, por suerte la pantalla resistió sin ningún rasguño.

Automáticamente miré ofertas productos telefonia para ver si podía resolver el problema. Soy de los que no soporta alterar la armonía y que cuando hay un problema trata de solucionarlo rápido por todos los medios posibles. El móvil de mi mujer es uno de sus objetos más preciados: la verdad es que está muy bien. Cuando ella descubrió que estaba roto (lo vio antes que yo) puso una cara de querer hacerme comer el móvil.

¿A quién se le ha ocurrido poner cristal en un aparato de tanto uso y riesgo de caída como es el móvil? Es como si empezásemos a hacer los coches con carrocería de cristal. Pero claro, el cristal es muy bonito y muy premium, pero se raya rápido, se mancha y con una sola caída ya está la faena hecha. Y luego están los que le ponen una carcasa. ¿Qué sentido tiene comprar un móvil bonito y luego tener que taparlo para que no se rompa? Es como si te compras un Ferrari y lo cubres con una lona.

El gasto en arreglos de pantallas o carcasas es muy considerable. Por suerte, siempre están las ofertas productos telefonía que nos sirven para encontrar dispositivos con acabado en aluminio o plástico: no serán premium pero no se autodestruyen.