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Los vehículos industriales tienen una serie de peculiaridades como la velocidad máxima a la que pueden circular, ya que presentan límites de velocidad máxima propios. Son vehículos con ciertas características especiales, en cuanto a tamaño, peso, visibilidad, centro de gravedad y maniobrabilidad, y por eso deben conducirse más despacio que un turismo convencional.

Así pues, el límite de velocidad de los camiones y furgones es de 90 km/h en autopistas y autovías, de 80 km/h en carreteras convencionales con arcén de 1,5 m de ancho o superior, o 70 km/h para el resto de carreteras. Mientras que el límite de velocidad de las furgonetas,  furgones con MMA menor de 3,5 t, además de vehículos mixtos y derivados de turismos parece que no está tan claro puesto que las normas no siempre se cumplen.

En cualquier caso, las velocidades máximas permitidas para ellos, al menos en teoría, serían las siguientes: límite de velocidad máxima de 100 km/h en autopistas y autovías, de 90 km/h en carreteras convencionales con arcén de al menos 1,5 m de ancho, o de 80 km/h en el resto de vías fuera de poblado. En cuanto a los límites dentro de la ciudad cabe recordar que todos los vehículos tienen como límite de velocidad 50 km/h Así que las furgonetas no pueden circular por autovía a 120 km/h, al igual que lo hace un turismo, pues su velocidad máxima permitida es de 100 km/h.

Es conveniente conocer las peculiaridades de este tipo de coches que, aunque en un primer momento, eran coches derivados de los vehículos de pasajeros ahora han ido adquiriendo especificaciones propias, más allá de que compartan la misma configuración general, los mismos motores y los mismos sistemas de transmisión.

Así que si vas a adquirir vehiculos industriales de segunda mano o piensas sacarte el carnet de este tipo de coches debes tener en cuenta los límites de velocidad, los usos que se hacen de este tipo de coches y, por supuesto, saber sus peculiaridades para discernir si finalmente es lo que necesitas.

El club lechera asturiana ha logrado reunir en una sola Web premios por puntos y sabor. El sistema de puntos de la Web consiste en otorgar a cada producto de la marca una serie de puntos. Cada vez que se compra ese producto y se introduce el código de barras en la cuenta personal, los puntos suben al marcador de ese socio.

Hay en la Web un catálogo de regalos y su valor en puntos. Cuando se tienen suficientes, tan solo hay que canjearlos y hacerse con ese regalo totalmente gratis. Participar no tiene ningún coste, por lo que es un valor añadido más a la compra de la marca.

El sabor corre de la mano de los productos de Central Lechera, famosos por su calidad y porque al tomarlos es fácil recordar sabores de la infancia, especialmente si se ha disfrutado de leche “de verdad”. Pero también porque en la Web se pueden encontrar deliciosas recetas elaboradas por usuarios y también subidas por el propio club.

Estas recetas tienen en común el haber sido elaboradas con productos Central Lechera. Una buena manera de aportar ideas para utilizar la amplia gama de variedades de leche y lácteos de la marca, desde la mantequilla que es base para deliciosos bizcochos hasta la leche evaporada para recetas al horno.

Y para los intolerantes a la lactosa, Central lechera aporta su leche sin lactosa, ideal para que puedan disfrutar de todo el sabor de la marca pero sin tener ningún tipo de problema gástrico. Una leche de calidad que suele sentar muy bien a las personas con este problema.

No se deben de confundir las personas con intolerancia con las personas con alergia a la proteína de la leche. Estas últimas no pueden tomar leche de ningún tipo, incluida la variedad sin lactosa. Sin embargo, si pueden consumir las bebidas vegetales de la marca, como la de avena, la de arroz o la de soja entre otras. Incluso hay variedades de bebida de soja con sabores.

Con tanta diversidad, todo el mundo puede participar en el Club Central Lechera y juntar puntos para conseguir sus premios favoritos. Aunque para la mayoría, el mejor premio es poder disfrutar de lácteos de gran calidad, con un sabor tradicional y que aportan además los nutrientes y vitaminas que se supone que todos los derivados de la leche deberían de aportar, pero que por desgracia muy pocos lo hacen realmente.

 
En la tienda de Servicios de mantenimiento informatica el Prat ya tienen algunas gafas de realidad virtual, pero todo el mundo espera la PlayStation VR que se pondrá a la venta en octubre y promete ofrecer una alta calidad para revolucionar el mundo de los videojuegos. Pero la realidad virtual no se queda solo en el sector del entretenimiento, se dice que va a cambiar la vida. ¿Hasta qué punto es cierta esta revolución?
Desde el punto de vista del usuario, uno de los problemas que tienen los avances tecnológicos es tratar de encontrar el grano entre tanta paja, es decir, encontrar un sentido práctico entre tanto marketing. Todos los días hay una nueva revolución tecnológica. Unas tienen éxito y otras no.
En nuestra opinión la única revolución real que se ha dado en los últimos años ha sido la asociada a internet. Internet sí lo ha cambiado todo. Aunque seguimos siendo los mismos, nos relacionamos de otra manera y tenemos un acceso diferente a la información que puede (o no) ser transformada en conocimiento. Lo demás son revoluciones de marketing o revoluciones comerciales.
Hace 15 años nadie tenía un smartphone, y hoy casi todos tenemos uno. Ha sido el gran hallazgo de las compañías electrónicas. Pero el efecto se ha terminado. Los avances en este segmento se han ralentizado porque la esencia del aparato ya no puede evolucionar mucho más.
Y las compañías buscan un nuevo efecto smartphone, un aparato que se convierta en imprescindible para la vida diaria. Y aquí es donde entra la realidad virtual. Casi todas las principales compañías del mundo están enfrascadas en potenciar este nuevo nicho de negocio. Se trata de hacernos creer que no vamos a poder vivir sin realidad virtual, que dentro de 10 años nos preguntemos: ¿cómo es posible que hace una década no tuviésemos gafas de realidad virtual?
En la tienda de servicios de mantenimiento informatica el Prat me recomiendan que espere a que salgan las gafas más avanzadas y que realmente serán un cambio a todos los niveles. Yo sigo desconfiando. Y es que si yo puedo vivir sin smartphone, ¿por qué no voy a poder vivir sin realidad virtual?