Saltar al contenido

Me aburre soberanamente hacer cálculos financieros, fijarme en el precio de las cosas y comparar productos para ver cuál tiene mejor relación calidad precio. Pero supongo que los millonarios son los únicos que pueden permitirse no fijarse en esa clase de cosas y yo no estoy entre ellos, ni de lejos. Así que de vez en cuando hago un cálculo sobre determinados gastos familiares para cotejar si podemos hacer algunos cambios para ahorrar algo de dinero o no gastar más de la cuenta.

Algo así ha sucedido con nuestros seguros. Mi mujer y yo teníamos seguros con compañías diferentes, y nuestras hijas tenían alguna cobertura con una tercera compañía. Este desbarajuste se debió en parte a que contratamos los seguros en épocas diferentes. Pero creo que ha llegado el momento de buscar el mejor seguro medico familias.

En mi caso, yo me contraté el seguro recientemente, mucho después que mi mujer. En un principio, ella me había ofrecido que me diera de alta en su seguro ya que su empresa ofrece un pequeño descuento a familiares. En realidad, se trata de un descuento casi testimonial, pero sirve para que al menos los familiares se lo piensen. Yo lo pensé, pero decidí que era demasiado dinero y que yo apenas usaba el médico.

Pero sucedió que justo después empecé a tener diversos problemas de salud, ninguno de ellos grave, pero que me obligó a pasar una buena temporada de médicos. Y no me gustó la experiencia porque tardaba demasiado tiempo en conseguir citas con especialistas así que decidí que lo mejor era contratar un seguro privado. Pero en vez de añadirme al de mi mujer busqué uno para mí. Algo parecido sucedió con las niñas: contratamos un seguro con una tercera compañía.

Ahora vamos a intentar apostar por una solución más práctica pero también más ahorrativa, buscando el mejor seguro medico familias en el que todos estemos incluidos. Y, de momento, he visto cosas bastante interesantes que nos podrían ofrecer un servicio similar al que tenemos, pero con un precio un poco más ajustado, que de eso se trata también.

Tal vez si no hubiéramos tenido una pandemia nunca habría vuelto la mirada hacia el mapa de España. Durante todos los años precedentes, los viajes siempre eran al extranjero. En mi despacho de trabajo tengo varios mapas, pero el más grande es uno del mundo en el que pongo marcas en los países que he visitado. Cuando llegó la pandemia ese mapa ya no se cubrió de más marcas. Y entonces me di cuenta que a su lado había otro mapa más pequeño y sin marcas: el de España.

Entonces lo miré detenidamente y me di cuenta de la cantidad de sitios que todavía me quedaban por conocer. Es decir, no es posible conocer todos y cada uno de los pueblos de España, pero había un montón de lugares interesantes que me estaba perdiendo por querer mirar siempre un poco más allá, como si lo que tenemos más cerca no fuese suficientemente atractivo o lo estuviera dejando para más adelante. 

Y empecé fuerte mi viaje por España: yendo a Galicia para conocer las Islas Atlánticas. Para ello debía primero solicitar la autorizacion illas atlanticas xunta. Son esa clase de cosas que hay que hacer también en muchos lugares en otros países pero que siempre resultan extrañas cuando se trata de algo que está en tu propio país. Y es que estamos en una época en la que todo se ha complicado para viajar.

Pero esta autorización nada tiene que ver con lo que estamos viviendo: se trata de una forma de proteger el ecosistema de estas islas, de evitar que sean ‘invadidas’ por turistas tal y como ha sucedido en otros muchos lugares. Esa autorización permite controlar el flujo de viajeros y, además, algunas de estas islas solo existen campings para pernoctar, rechazando el impacto que podrían tener la presencia de hoteles y otras infraestructuras turísticas. 

Así que con mi autorización illas atlánticas xunta en la mano me puse a preparar con mimo mi viaje. Sería el primero de muchos que iba a hacer por mi país recorriendo algunos de esos rincones que no tienen nada que envidiar a los de otros países.