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En esta era donde el mundo está globalizado estamos en búsqueda de servicios que faciliten el día a día, que agilicen los trámites y permitan un acceso inmediato a tus recursos para adquirir productos y los bienes necesarios.

En este caso movilizar tu dinero requiere de una banca disponible 24/7, que esté abierta a realizar operaciones en un horario acorde al tuyo propio, por supuesto, a través de internet ya que asistir a una oficina es algo más complicado, una opción tediosa que no siempre está a tu alcance por los mismos horarios y que además consume mucho tiempo.

Una cuenta inteligente evo sin nomina te ofrece una alternativa acorde a ti y a tu estilo de vida, dándote la opción de contar con un conjunto de servicios básicos. Se compone de una cuenta doble, una corriente al 1% TAE y una cuenta de ahorro al 2% TAE en donde se traspasa el exceso de 3000.

¿Qué ventaja tiene esto? Sencillo, con una cuenta puedes gestionar todas las operaciones diarias y con la otra podrás ahorrar, donde tu dinero tendrá un interés más alto, además te da acceso a una tarjeta de crédito.

Sin embargo, lo más llamativo es el hecho de no tendrás que pagar comisiones de servicios, ni por mantener la cuenta ni por realizar transferencias o por las tarjetas. Tampoco hay ningún tipo de gasto extra por sacar dinero, que, de hecho, la cuenta inteligente Evo sin nómina te permite sacar efectivo en cualquier parte del mundo.

Por si no fuera suficiente, otro beneficio incluye la devolución del 1% de todas las compras realizadas con la tarjeta de crédito. Con estas cuentas podrás domiciliar la nómina o la pensión de cualquier importe

Domiciliar 5 recibos, nuevamente sin importar el importe de los cargos, de pago como máximo trimestral.

La mayoría de la gente que conozco no está a gusto con su banco, se quejan de que les cobran tal o cual comisión, que no reciben una buena atención cuando van a la oficina o cuando les atienden por teléfono, etc. “Me gustaría cambiar de banco… pero es un engorro”. Es lo que pensamos muchos. Yo mismo he valorado el cambio de banco muchas veces, sobre todo últimamente debido a que estoy cada vez más a disgusto con mi entidad, pero nunca doy el paso. ¿Por qué?

Llevar muchos años con una cuenta corriente en el banco no significa que no puedas cambiar de entidad. Lo que ocurre es que empezamos a agobiarnos con todas esas tareas que deberíamos cumplir si queremos hacer el traslado de nuestro dinero a otra entidad. Preferimos el supuesto mal menor de quedarnos, aunque sea a disgusto, en nuestro de banco de toda la vida con tal de no mover un dedo.

Si a pesar de todo, decidimos dar el paso de cambiar de banco, podemos hacerlo por fases. Lo primero que debemos hacer es cambiar la domiciliación de la nómina, en caso de tenerla, por supuesto. Después hay que cambiar las domiciliaciones de los recibos. Este paso es el más engorroso y una de las razones principales por las que no queremos cambiar nuestra cuenta corriente de banco. Generalmente tenemos muchos recibos, algunos que ni recordamos, y no es tan sencillo cambiar la domiciliación de todos. Por eso, debemos intentar que la nueva entidad a la que traspasamos la cuenta se encargue de esta tarea.

Por último, antes de dar por finiquitada definitivamente la cuenta hay que cancelar las tarjetas que tengamos contratada con nuestra vieja entidad. Y después pasar por una oficina del banco para firma el cierre de la cuenta. Este momento debe ser aprovechado para solventar cualquier duda de última hora. Y atención a las comisiones de cancelación que cobran en algunas entidades. Vienen a ser el último ‘favor’ que nos hace el viejo banco antes de abandonarlos.

Poniendo un poco de nuestra parte, se puede cambiar de banco y decir bye bye a esa entidad que nos ha freído a comisiones mientras nosotros poníamos la otra mejilla.