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Es la segunda cita que voy a tener con el dermatólogo y ha llegado el momento de solucionar algunas dudas y decidir qué tipo de tratamiento voy a seguir, al menos en un principio. La primera cita fue una toma de contacto, toma de contacto importante en mi caso porque me gusta conocer bien a los médicos antes de confiar en ellos para que me apliquen un tratamiento.

Mi problema con la piel no parece excesivamente grave pero sí que me está afectando bastante a nivel psicológico. Esto sucede sobre todo cuando algo te pilla desprevenido. No pensaba en absoluto que iba a volver a tener problemas en la piel como hace diez años. Cuando era más jovencita tuve una época de erupciones en la piel que me dejaron muy tocada. Fue la primera vez que consulté con una clínica de dermatologia medica quirurgica. Y aunque al principio costó encontrar una solución, las erupciones terminaron desapareciendo.

Ya en aquel momento, los especialistas de la clínica me indicaron que se trataba de un problema que podría volver a reaparecer dadas las características de mi piel. Lo tuve en cuenta, pero lo cierto es que con el paso del tiempo lo fui olvidando. Es normal: cuando un problema desaparece no vas a estar pensando en ello constantemente. 

Pero hace unos meses volvieron las erupciones. Si bien no son tan aparatosas como en su día sí que me ha cogido totalmente desprevenida y me han deprimido un poco. Como ahora vivo en otra ciudad, he tenido que buscar una nueva clínica especializada en dermatología medica quirúrgica. Con la buena experiencia que tuve en la anterior clínica me fijé que tuviera unas características parecidas. Y una vez que hablé con el especialista me di cuenta que se trataba de una persona cálida con la que fácilmente me iba a entender.

Pero una vez roto el hielo, como se suele decir, ahora en la segunda cita toca abordar el problema y ver si se puede aplicar la solución que ya se usó en el pasado o apostar por algo nuevo teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado desde la primera vez.