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El otro día me regalaron un libro de recetas de postres asturianos, y a decir la verdad no sé muy bien por qué me lo han regalado porque no es que sea un cocinitas. Personalmente solo cocino cuando es extremadamente necesario y no es que lo haga demasiado bien, sé cocinar lo justo para poder sobrevivir y tampoco es que me interese demasiado aprender a cocinar. Si hubiese querido aprender a cocinar ya hubiese aprendido hace bastantes años. 

Como los que se ponen a aprender a cocinar por ver un programa de televisión en el que supuestamente les enseñan a cocinar. Personalmente creo que en estos programas no es que enseñen demasiado, más bien los jueces de ese programa te incitan a que lo dejes o esa es mi impresión y tras años de emisión me parece que el programa es un poco forzado.

 

Si hubiese querido aprender a cocinar le diría a mi madre que me hubiese enseñado que estoy completamente seguro de que aprendería mucho más y de una forma mucho mejor que viendo un programa de televisión. Además en los programas de la tele solo te enseñan a cocinar lo que a ellos les interesa, a mí me interesaría más aprender a cocinar lo que me gusta y no lo que les guste a otros, porque visto lo que come la gente hoy en día eso no se me pasaría por la cabeza nunca cocinarlo ni comerlo. El veganismo que está tan de moda no va conmigo ni ahora ni nunca, por mucho que me lo intenten inculcar no lo van a conseguir. Cuando voy por la calle, cuando paso por delante de algún restaurante vegano o vegetariano me tengo que tapar la nariz porque el olor no me resulta agradable y no lo quiero ni oler. Por eso sé que la comida vegana no va a llegar a nada es solo una simple moda pasajera como cualquier otra y no creo que esta moda dure demasiado. A los veganos que conozco ya les he comunicado que no voy a comer nada que me den ellos para que no me engañen dándome cosas raras.