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Mi prima ha tenido mucha suerte, ella estuvo trabajando en una agencia de publicidad en madrid y eso le ha valido para que la contraten más fácilmente en una Agencia de publicidad en vigo, lo cual le venía mejor porque ya estaba cansada de vivir en madrid. Decía que allí todo era muy estresante, en Vigo la gente se toma la vida con un ritmo mucho más tranquilo. Eso supongo que será porque es una ciudad mucho más pequeña y la gente no tiene tanta prisa en ir de un lugar a otro.

Eso fue algo que me llamó mucho la atención cuando fui a Madrid por primera vez, la gente por las mañanas iba corriendo a todos lados, hasta me llamaron la atención por ir por el lado izquierdo de las escaleras mecánicas. Para mi, esa norma de tener que dejar libre el lado izquierdo de las escaleras mecánicas no existía hasta ese día. El otro día le contaba a mi tía, la cual vive en Madrid desde hace ya bastantes años, y ella se reía porque a ella eso le parecía normal.

Personalmente no me gustaría vivir en una ciudad con tanto estrés, ya tengo suficiente cuando me subo al coche y me tocan varios conductores delante que van demasiado despacio, eso es algo que me pone de los nervios. Cuando se conduce hay que ir a la velocidad que marcan las señales y no por debajo de ella. Aún me pasó ayer eso, en una carretera que había que circular a cincuenta kilómetros hora el coche que tenía delante circulaba a menos de treinta por hora, menos mal que cuando ya me estaba empezando a enfadar se echó a un lado.

 

Aún así doy gracias de vivir en la ciudad en la que me ha tocado vivir, porque aquí tenemos casi cualquier cosa que deseemos, tenemos playas de arena fina, y también disponemos de monte donde poder hacer una comilona con los amigos, es más, las dos cosas están tan cerca que puedes ir a comer al monte por la mañana con los amigos y en menos de media hora estar en la playa disfrutando del agua del mar.

Los productos congelados forman parte de nuestra bolsa de la compra y de nuestra mesa. Y no hay nada malo en ello. A pesar de la fama negativa que algunos han querido darle, si se compran y se manipulan correctamente conservan sus propiedades y permiten ahorrar mucho dinero. Estas son las reglas que debes de seguir para comprarlos.

  1. Compra productos de una marca de confianza. Las marcas de confianza con las que te ofrecen las mejores garantías en sus productos congelados. Con estas marcas sabrás que todo el proceso de congelado se ha realizado correctamente. Y podrás llevarte a tu hogar un artículo de calidad que, una vez descongelado, conservará su sabor y también todas sus propiedades. En los supermercado puedes encontrar grandes marcas pero si tienes un negocio de hostelería hay empresas de congelados que llevan sus productos directamente a restaurantes y otros negocios.
  2. Cómpralos en establecimientos que sabes que cuidan la cadena de frío. Los grandes supermercados, con nombre y prestigio, cuidan la cadena del frío porque saben que si no lo hacen y un cliente tiene problemas por consumir sus artículos el golpe económico será muy grande. Pero en pequeñas tiendas es posible que estos cuidados no sean tales o que los congeladores en los que guardan los productos no sean los más adecuados. En algunas tiendas incluso mezclan diferentes tipos de productos, lo que puede causar una transferencia de sabores. Si ves que las bolsas tienen mucho hielo, descártalas porque eso quiere decir que se ha roto la cadena de frío. Y lo mismo si ves que el contenido no está perfectamente congelado, sino que se sienten algo blando o muy húmedo.
  3. Llévalos a casa en una bolsa térmicas. Incluso si no vives lejos del supermercado el calor del coche puede hacer que comience el proceso de descongelado. Es preferible llevarlos en una bolsa térmica y, por supuesto, comprarlos siempre en lugares cercanos al domicilio, justo al final del resto de la compra y meternos en el congelador nada más llegar a casa. 
  4. No los tengas más tiempo del recomendado según el tipo de congelador que poseas. Las estrellas de tu congelador determinarán cuánto tiempo puedes tener un producto congelado. No importa tanto la fecha de caducidad como el momento en que lo hayas llevado para tu congelador. Evita acumular productos congelados demasiados meses para asegurarte las mejores condiciones de conservación.