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Maldigo mi pereza para muchas cosas, pero es que no se puede estar en todo. Tengo una lista tan grande de cosas pendientes que a veces la miro y me entran ganas de prenderle fuego, pero la dejo donde está porque sería imposible recordarlas todas si me deshiciera de ella. De hecho, para organizarme mejor, algunas cosas de la lista las rodeo con un rotulador rojo para que quede claro que me tengo que poner con ellas ya. Pero a veces ni así...

Y eso fue lo que pasó con el asunto puerta, que llevaba tiempo rodeado con un círculo rojo, pero no lo arreglé. El caso es que teníamos un problema con la cerradura. Sobre todo, desde fuera, en ocasiones la llave no funcionaba bien lo que nos obligaba a estar ahí dale que te pego a la llave hasta que la puerta abría. Al principio nos asustamos y pensamos en llamar rápido a cerrajeros 24 horas en cadiz, pero como la puerta se abrió, lo dejamos.

Lo cierto es que parecía que no iba a peor con el paso del tiempo: es decir, aunque en ocasiones no entrase bien la llave, ‘siempre’ acababa abriendo. Viene a ser como ver el vaso medio lleno: en ningún momento pensamos en que un buen día se iba a escacharrar del todo. De cualquier manera, ahí estaba el tema con un subrayado rojo en la lista de cosas pendientes. 

Pero si estiras mucho la cuerda al final se rompe. Supongo que pensamos que obra y gracia del Señor en algún momento la cerradura se iba a arreglar sola o que volvería a su estado normal. ¡Qué sé yo lo que pensábamos! Si es que pensábamos algo... La cuestión es que, como dictan las leyes de Murphy, la cerradura dijo “hasta aquí” en el peor momento. 

Fue una noche que volvíamos un poco tarde de una cena. No sé si fue que estábamos un poco contentos, pero ni mi novia ni yo acertábamos con la cerradura. Nos pareció normal, dada nuestra situación, pero cuando por fin metimos la llave, sonó algo raro. Y lo siguiente fue llamar a cerrajeros 24 horas en Cádiz, esta vez sí, para que lo arreglaran. Así que habrá que empezar a hacer caso a la lista de cosas pendientes, si no queremos que nos caiga la casa encima un día de estos.

A ningún empresario le gusta llegar a su negocio y descubrir que le han forzado la puerta y que le han robado, en ese mal momento lo primero que debe hacer es llamar a la policía para que haga sus pesquisas y busque huellas para ver si averiguan quién ha sido el ladrón que le ha robado, aunque normalmente no consiguen nada ya que los ladrones ven la televisión donde en muchas series te enseñan a delinquir sin ser descubierto, por lo que cada vez se complica más lograr saber quién ha sido.

 

Lo siguiente que debe de hacer una vez termine la policía sus investigaciones, es llamar a unos Cerrajeros madrid urgentes para que le arreglen la cerradura que le han forzado, hay que asegurarse de que la cerradura que te van a instalar sea de mejor calidad que la que tenías anteriormente, ya que así a los ladrones les costará más la próxima vez que se les ocurra intentarlo.

 

Después de hacer todo esto supongo que el siguiente paso será ordenar lo que han desordenado los ladrones para que así puedas volver a la actividad que desenvuelvas con la normalidad cotidiana lo más pronto posible.

 

Cuando a alguien le roban se siente como si le hubiesen humillado, y seguramente desconfie durante unos cuantos días de todo el mundo que entre en la tienda, se vuelve mucho más desconfiado incluso con gente que ya conoce pero que no la conoce muy bien, pero de esa desconfianza aprenderá a ver mejor a las personas que entran en su tienda.
Por suerte ya no es tan común como hace unos cuantos años que roben en comercios, cuando hubo el boom de los aluniceros mucha gente se dedicaba a reventar los escaparates con los coches y poder entrar a robar y tener el coche en la puerta para poder escapar rápido, pero vieron que no era muy buena idea, ya que hacen mucho ruido con ese sistema y siempre despiertan a alguien que les puede grabar con su móvil, si no a ellos directamente al coche, por lo que eran fáciles de reconocer.