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Si vas a montar una cafetería o un lugar de copas, es muy importante que definas claramente el tipo de clientes que quieres atraer. Algunos locales eligen decoración neutra y dejan que sea la casualidad la que atraiga al tipo de clientes que se van a convertir en habituales, pero no es la mejor manera de hacerlo. Sobre todo, si tenemos unas determinadas expectativas.

Una de las formas de hacerlo es marcando unas pautas claras en la decoración. Si quieres que tu local sea un sitio al que acuden parejas y pueden encontrar un espacio acogedor y romántico en el que charlar y tomar una copa, elige mesa y sillas pequeñas terraza y coloca solo un par de sillas por mesa. Así, quedará claro que se trata de espacios para dos. Si quieres que todavía quede más claro, puedes fijar las mesas para que no sea posible juntarlas. En cuanto al interior, puedes crear pequeños reservados íntimos colocando separadores entre las mesas o jugando con una decoración que puede basarse, por ejemplo, en los bonitos e íntimos laberintos de los jardines ingleses.

Por el contrario, si quieres que tu local sea un espacio perfecto para pandillas y grupos, las mesas deben de ser grandes y deben de ser fáciles de moverse para poderse juntar. Distribuye el espacio para que puedan acomodarse grupos teniendo una cierta intimidad entre ellos y establece un sistema de adjudicación de mesa de manera que los clientes que llegan no se sienten en donde quieran, sino que se les ofrezcan las mesas indicadas para el número de personas que acuden. Se evita así que una mesa de seis plazas pueda ser ocupada por dos personas mientras que un grupo queda fuera sin poderse sentar.

Otra manera de conseguir un tipo de público concreto es instalando o no pantallas de televisión para ver acontecimientos deportivos o utilizando una determinada música. Si tu local se ambienta con un estilo años sesenta y se pincha música rock de esa época, atraerá a un tipo de clientes muy diferente al del mismo local con una decoración más moderna y en donde se escuchen los éxitos actuales.

Y no olvides nunca el poder que puede tener un buen empleado. Cuando tienes un camarero o camarera profesional que sabe cómo mover a la gente y fidelizar al cliente, lo notarás y mucho.

Muchas personas acuden cada día a su trabajo usando diferentes medios de transporte. Algunos lo hacen en vehículo particular. Otros muchos comparten el coche ya sea con compañeros de trabajo habituales ya sea a través de aplicaciones que facilitan conocer a gente con las mismas rutas diarias.

Los más ecologistas recurren a métodos de transporte alternativos como las bicicletas y, en los últimos tiempos, los patinetes eléctricos. Estos permiten recorrer distancias demasiado largas para ir a pie de una manera cómoda y muy económica.

También hay quienes van en transporte público, ya sea autobús, metro o tren de cercanías. Estos transportes cuentan con la comodidad de no tener que conducir, pero a veces están demasiado llenos de gente. Por suerte, cada vez hay más conciencia de su uso y más presión, lo que ha llevado a que algunas ciudades refuercen sus transportes públicos (todavía hay un largo camino aquí para recorrer).

Y luego están los que viven cerca de Vigo, en Moaña y Cangas, por ejemplo, que pueden viajar a diario en barco vigo para ir a trabajar. Seguramente, no sean los únicos que pueden hacerlo, hay otros transportes que unen ciudades y pueblos cercanos separados por rías. Pero, sin duda, en este caso son un buen número de personas que usan el barco no solo por motivos laborales, sino también para estudiar o para acudir a hacer compras o gestiones.

Decir que vas a trabajar todos los días en barco es algo original, no cabe duda. Pero es que además es muy cómodo. Por mar no hay atascos y sabes siempre a qué hora va a salir el barco y también cuando va a llegar. Algo que no puedes garantizar con otros tipos de transporte. Además, una vez en Vigo, puedes enlazar con los autobuses urbanos para ir a tu lugar de destino si queda alejado del puerto. Y lo mejor de todo es que la tarjeta de transporte urbano es la misma para todos, pudiendo disfrutar de descuentos tanto en el bus como en el barco.

En verano, es todo un placer viajar en la parte superior del barco con la brisa dando en el rostro y observando los paisajes a ambos lados de la ría y, en invierno, hacerlo en la parte interior, escuchando cada mañana el sonido del mar. Y esta es solo una de las muchas ventajas de vivir en Vigo y en sus alrededores.