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Coleccionismo de relojes: tips para iniciarse

A diferencia de la numismática, la cartofilia o la filatelia, el coleccionismo de relojes ha logrado seducir a las nuevas generaciones de inversores por su valor artesanal, escaso riesgo y rentabilidad a largo plazo. En opinión de los expertos, un reloj omega, TAG Heuer o Seiko es una mejor opción para iniciarse en el mundillo que firmas de alto standing como Patek Philippe o Audemars Piguet.

En concreto, Omega figura entre las marcas preferidas del coleccionista novel. Los cronógrafos del fabricante suizo ofrecen un equilibrio entre calidad, prestigio y valor material, con un precio de cuatro dígitos que representa un buen punto de partida para cualquier inversor. En caso de equivocar su valoración real, la pérdida será menor, lo cual siempre es positivo.

Lo anterior sería papel mojado sin la capacidad del reloj para conservar su valor con el paso del tiempo. El volumen de unidades fabricadas, el precio de lanzamiento o el impacto cultural del producto influyen (y mucho) en este aspecto. Como es lógico, ciertos modelos y marcas no sólo aguantan su precio inicial, sino que se revalorizan de generación en generación, siendo esta la tendencia habitual.

No obstante, los coleccionistas más avezados consideran un error seleccionar cronógrafos con base a su precio de reventa. Cierto es que la etiqueta del precio tiene importante, pero los inversores deben anteponer la exclusividad, el propio gusto y otros factores. El flipping —la compraventa en busca de plusvalías inmediatas, sea de relojes u otros bienes— no es coleccionismo.

Cabe destacar que la decisión de emprender una colección de relojes requiere un enfoque más paciente que otras inversiones. Para los mejores en este campo, es el proyecto de toda una vida donde se conjugan el orgullo de poseer piezas únicas con la búsqueda de una rentabilidad segura (eso sí, en un horizonte temporal de varias décadas, incluso).