Una de las opciones más elegantes para las ventanas de un salón son los estores paqueto, un estilo de estor que se caracteriza porque al recogerse, la tela se va frunciendo y arrugando sobre sí misma. Este sistema ofrece una ventaja respecto a los estores convencionales que se enrollan y es que no necesita de la parte superior de bobina.
Aunque hay maneras de disimular la parte superior de los estores enrollables, a mucha gente no le gusta ver la caja, por pequeña que sea, en las ventanas de su salón. Especialmente si las ventanas parten desde muy arriba. Los paqueto se adaptan mucho mejor a la cuidada decoración de un salón y a las ventanas altas ofreciendo una imagen más elegante y cuidada.
Uno de los problemas de los paqueto es que se trata de un sistema que solo funciona bien con telas muy finas y con poco peso, no vale para cortinas gruesas con cuerpo. Pero precisamente, las cortinas de seda o de tejidos más ligeros y delicados son las más utilizadas en los salones porque son las que permiten bordados más elegantes.
Estos estores son adecuados para su manejo por parte de personas adultas, que muevan con cuidado las cuerdas. No se recomienda que nos niños lo hagan ya que pueden dar tirones que dañen el mecanismo. Si se utiliza adecuadamente, este sistema no tiene por qué ofrecer ningún problema y puede durar muchos años, tantos como la cortina, sin ningún tipo de complicación.
Los estores paqueto solo tienen un pequeño inconveniente y es que en algunas ocasiones pueden ser algo complicado a la hora de ponerlos o quitarlos. Esto es importante a la hora de lavarlos y para ello se ofrecen dos opciones. La primera es que en el momento de instalar los estores pidamos a la persona que lo hace que nos explique claramente la manera de ponerlos y de quitarlos sin dañar la tela ni los mecanismos.
Así, nosotros mismos podremos hacerlo cada vez que queramos limpiar la cortina, siempre con el cuidado que requieren las telas más delicadas. La segunda opción es pedir que los instalen y los coloquen de cada una de las veces. Dado que lo habitual es que las cortinas de este tipo se laven tan solo una vez al año, no es una mala opción y va a asegurarnos que el estor estará siempre en perfecto funcionamiento.