Saltar al contenido

¿Eres una de esas personas que necesitan variar de vez en cuando para sentirse bien? Evidentemente, no podemos cambiar de cada vez que nos apetece verla diferente, pero sí podemos realizar algunos cambios que harán que la casa se vea totalmente diferente pero sin cambiarla tanto en realidad.

Uno de los cambios que más vas a notar es la pintura. Y es algo que puedes hacer tú mismo si te lo propones, solo necesitas comprar pintura, accesorios para pintar y tener un mínimo de maña. Si te da mucha pereza encintar, hazlo solo en las puertas y armarios y pinta las paredes y los techos del mismo color. Esto funciona muy bien en tonos claros, como el blanco o los grises, pero debe evitarse en colores más intensos o en tonos oscuros ya que visualmente, estaríamos empequeñeciendo la habitación.

El solo hecho de pintar ya cambia mucho el aspecto de la casa, pero si cambiamos los colores de la pared, podemos aprovechar y cambiar también las cortinas y las fundas de los cojines del salón y de las habitaciones, para darle un aire mucho más fresco a todo. Se puede cambiar también la funda del sofá, transformándolo por completo y comprar una funda nórdica o una colcha a juego con los nuevos colores para el dormitorio.

Renovar la cocina es algo que puede suponer un cambio sumamente importante. Si la cocina es de madera, puedes pintarla con pintura especial para cocinas. Si es de otros materiales, puedes cambiarla radicalmente usando vinilos para cubrir las puertas y el exterior de los muebles. Te sorprenderá como tu cocina puede tener un aire totalmente nuevo sin invertir mucho dinero. Los vinilos no son fáciles de colocar, pero con paciencia y cuidado puede hacerse sin ayuda de un profesional.

Si te sobra algo de presupuesto puedes cambiar algunos cuadros o comprar algún elemento decorativo. Pero no es necesario hacerlo para que la casa se vea distinta, ya que con lo que se ha propuesto para hacer, el cambio será significativo. Puedes mover los muebles en las habitaciones en las que hay posibilidad de hacerlo o variar los objetos de decoración, intercambiándolos o mezclándolos para que, visualmente, todo se vea un poco distinto.

No es necesario hacer obras para que la casa se vea renovada, fresca y distinta. Solo ponerle ganas para hacerlo uno mismo.