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Rehabilitar cuando no es posible construir

En determinadas zonas es imposible conseguir un permiso para construir nuevas viviendas por diferentes motivos. O es necesario tener una propiedad de gran tamaño para que se autorice una construcción. Sin embargo, si es posible rehabilitar una vivienda previamente existente con independencia de dónde esté situada o el tamaño de su parcela.
Por eso, los propietarios de viejas viviendas situadas en estas zonas, conocedores de la situación, las venden a aquellas personas que quieren tener casa en ese lugar y no tienen otro modo de conseguirla que rehabilitando una antigua. También hay quien compra con la intención de rehabilitar la vieja vivienda y, una vez convertida en una casa habitable y renovada, venderla a un buen precio obteniendo beneficios.
Si bien es cierto que a día de hoy el mercado inmobiliario no da pie a grandes márgenes de beneficios y no es un buen terreno para la especulación, en lugares concretos en los que hay una gran demanda de suelo edificable puede ser un buen negocio para quien tiene un dinero para invertir y no tiene demasiada prisa por recuperarlo.
Una vez que se tiene la vivienda, el siguiente paso es contratar a una empresa de rehabilitación especializada y que conozca bien las normativas vigentes. En algunos casos, la vivienda a rehabilitar puede ampliarse y modificarse al gusto del propietario, pero en otros, se debe de seguir unas directrices claras, por ejemplo respetar la fachada, utilizar materiales concretos típicos de la zona o no sobrepasar determinadas alturas.
Todo esto es importante conocerlo previamente, ya que de esta manera no habrá sorpresas inesperadas ni nos encontraremos con una casa para rehabilitar que realmente no queremos o que no va a encajar en nuestras necesidades. También es interesante contactar con más de una empresa para obtener al menos tres presupuestos diferentes, pudiendo así compararlos y conseguir ahorrar dinero en la elección final o lograr una obra que encaje mejor con lo que realmente queremos hacer.
Cuando la obra comience hay que saber dar margen a la empresa para que trabaje con cierta comodidad, pero no hay que descuidar el control y el avance de la obra. Es importante asegurarse de que aspectos que no se ven a simple vista, como el cableado o las tuberías, son instalados tal y como se ha pedido y en la calidad prevista. Así nos aseguraremos de que el resultado final será perfecto.