Saltar al contenido

La realidad virtual: ¿el nuevo ‘efecto smartphone’?

 
En la tienda de Servicios de mantenimiento informatica el Prat ya tienen algunas gafas de realidad virtual, pero todo el mundo espera la PlayStation VR que se pondrá a la venta en octubre y promete ofrecer una alta calidad para revolucionar el mundo de los videojuegos. Pero la realidad virtual no se queda solo en el sector del entretenimiento, se dice que va a cambiar la vida. ¿Hasta qué punto es cierta esta revolución?
Desde el punto de vista del usuario, uno de los problemas que tienen los avances tecnológicos es tratar de encontrar el grano entre tanta paja, es decir, encontrar un sentido práctico entre tanto marketing. Todos los días hay una nueva revolución tecnológica. Unas tienen éxito y otras no.
En nuestra opinión la única revolución real que se ha dado en los últimos años ha sido la asociada a internet. Internet sí lo ha cambiado todo. Aunque seguimos siendo los mismos, nos relacionamos de otra manera y tenemos un acceso diferente a la información que puede (o no) ser transformada en conocimiento. Lo demás son revoluciones de marketing o revoluciones comerciales.
Hace 15 años nadie tenía un smartphone, y hoy casi todos tenemos uno. Ha sido el gran hallazgo de las compañías electrónicas. Pero el efecto se ha terminado. Los avances en este segmento se han ralentizado porque la esencia del aparato ya no puede evolucionar mucho más.
Y las compañías buscan un nuevo efecto smartphone, un aparato que se convierta en imprescindible para la vida diaria. Y aquí es donde entra la realidad virtual. Casi todas las principales compañías del mundo están enfrascadas en potenciar este nuevo nicho de negocio. Se trata de hacernos creer que no vamos a poder vivir sin realidad virtual, que dentro de 10 años nos preguntemos: ¿cómo es posible que hace una década no tuviésemos gafas de realidad virtual?
En la tienda de servicios de mantenimiento informatica el Prat me recomiendan que espere a que salgan las gafas más avanzadas y que realmente serán un cambio a todos los niveles. Yo sigo desconfiando. Y es que si yo puedo vivir sin smartphone, ¿por qué no voy a poder vivir sin realidad virtual?