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Nuevos rincones por conocer 

Tal vez si no hubiéramos tenido una pandemia nunca habría vuelto la mirada hacia el mapa de España. Durante todos los años precedentes, los viajes siempre eran al extranjero. En mi despacho de trabajo tengo varios mapas, pero el más grande es uno del mundo en el que pongo marcas en los países que he visitado. Cuando llegó la pandemia ese mapa ya no se cubrió de más marcas. Y entonces me di cuenta que a su lado había otro mapa más pequeño y sin marcas: el de España.

Entonces lo miré detenidamente y me di cuenta de la cantidad de sitios que todavía me quedaban por conocer. Es decir, no es posible conocer todos y cada uno de los pueblos de España, pero había un montón de lugares interesantes que me estaba perdiendo por querer mirar siempre un poco más allá, como si lo que tenemos más cerca no fuese suficientemente atractivo o lo estuviera dejando para más adelante. 

Y empecé fuerte mi viaje por España: yendo a Galicia para conocer las Islas Atlánticas. Para ello debía primero solicitar la autorizacion illas atlanticas xunta. Son esa clase de cosas que hay que hacer también en muchos lugares en otros países pero que siempre resultan extrañas cuando se trata de algo que está en tu propio país. Y es que estamos en una época en la que todo se ha complicado para viajar.

Pero esta autorización nada tiene que ver con lo que estamos viviendo: se trata de una forma de proteger el ecosistema de estas islas, de evitar que sean ‘invadidas’ por turistas tal y como ha sucedido en otros muchos lugares. Esa autorización permite controlar el flujo de viajeros y, además, algunas de estas islas solo existen campings para pernoctar, rechazando el impacto que podrían tener la presencia de hoteles y otras infraestructuras turísticas. 

Así que con mi autorización illas atlánticas xunta en la mano me puse a preparar con mimo mi viaje. Sería el primero de muchos que iba a hacer por mi país recorriendo algunos de esos rincones que no tienen nada que envidiar a los de otros países.