Las islas Cíes son uno de los destinos estrella en las Rías Baixas para quienes buscan tranquilidad, paz, naturaleza y playas de ensueño. Los que se quedan en las islas renuncian al ocio nocturno que pueden encontrar en algunos de los puntos de interés de la zona, como Vigo o Sanxenxo, pero a cambio tienen la sensación de estar en un auténtico paraíso.
Pero estas islas no ejercen su magia solo en verano. También se pueden visitar en otros momentos del año, como es en primavera. Es cierto que en primavera el camping no va a estar disponible y el viaje será de ida y vuelta en el mismo día, pero se podrán obtener recompensas suficientes para hacer que valga la pena coger el barco y disfrutar de este pequeño trocito de cielo en la tierra.
Muchos grupos organizan excursiones en primavera para poder realizar rutas de senderismo o para poder llevar a cabo observaciones con mayor tranquilidad. Pero, aunque esto sea así, jamás se encontrarán en esta época del año tantas personas como en verano. Y, eso sí, jamás se verán las islas masificadas porque la cantidad de personas está limitada durante todo el verano.
Visitar las islas cies abril no garantiza la playa como puede hacerlo en agosto, pero sí que garantiza, casi al cien por cien, la temperatura ideal para realizar alguna de sus rutas de senderismo y disfrutar de un tiempo agradable y a la vez perfecto para moverse. Tal vez, incluso, para poder sentarse en la arena y tomar un rato el sol a las horas adecuadas. Y es que, con este tiempo tan cambiante, es complicado hacer predicciones.
En cualquier caso, veremos la naturaleza en todo su apogeo, algo que es normal en la primavera en todas partes pero especialmente en lugares como este en los que la acción del hombre no es tan evidente. No debemos de olvidar que durante el invierno el número de visitantes que acuden a la isla desciende considerablemente, por lo que todavía es un lugar más conservado y menos contaminado por la acción de las personas.
En abril además, seguramente no sea complicado visitar las islas porque no habrá tanta gente deseando acudir, tal como ocurre en verano cuando abre el camping y hay colas y reservas que en algunas ocasiones se solicitan hasta con un año de antelación para asegurarse de que tendrán su parcela disponible los días deseados.