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Sana competencia 

Dependiendo del negocio, la competencia puede ser perjudicial o un acicate para mejorar. Pero si se trata de hostelería, la competencia a menudo ayuda a consolidar un negocio, sobre todo cuando se generan rutas o calles “gastronómicas”. Es lo que ha sucedido en la calle en la que tenemos nuestro local. Somos los más veteranos de la zona, pero nuestro restaurante ha pasado por varias fases hasta que decidimos orientarlo a un cliente más sofisticado.

Fue un paso de cierto riesgo porque suponía intentar atraer también a un cliente que, hasta entonces, frecuentaba mucho menos nuestro local. Pero pensamos en la disposición de la calle y en su cercanía al centro para dar este paso adelante. Se trataba de una calle corta con una acera muy ancha y poco tráfico. Esto tiene sus pros pero también sus contras: no solía ser una calle de paso tampoco para los transeúntes lo que dificultaba dar a conocer nuestro cambio de imagen. Este cambio de imagen incluía nuestra nueva terraza, con ezpeleta parasol para la época de buen tiempo, clave para un restaurante como el nuestro.

Entonces nos enteramos de que en un local anexo, vacío desde hacía muchos años, se iba abrir otro restaurante... ¡justo al lado del nuestro! Y surgen las dudas: ¿será bueno o malo para nuestro negocio? ¿Nos quitará clientes o nos ayudará a generar un polo de atracción gastronómica? Cuando finalmente se abrió rápidamente nos dimos cuenta de que iba a ser positivo para nosotros ya que se trataba de un restaurante de un corte similar al nuestro que podía complementar la propuesta. 

Además, no tardamos en hablar y nos dimos cuenta de que se trataba de gente con experiencia y que nos íbamos a entender bien. De hecho, nos preguntaron por nuestro tipo de ezpeleta parasol porque les interesaba para su terraza. Finalmente se hicieron con varios parasoles de estilo similar, pero con un toque personal de forma que se conseguía una uniformidad en la propia calle. Y no tardaron en llegar dos locales más enfocados a la restauración hasta que nos convertirnos en una zona de moda en la ciudad.